EL TSJ Y LA OEA

Opinión

Por: AMILCAR APONTE OCHOA

Trataremos de abarcar los dos temas del título del presente artículo, en virtud de haberse presentado ambos acontecimientos simultáneamente; el comunicado del TSJ junto a las sentencias 155 y 156 de la Sala Constitucional de la cual no merece la más mínima pérdida de tiempo de un análisis jurídico, por cuanto es un bodrio, un adefesio jurídico, es inconstitucional y nula, aparte de que para cualquier andante de nuestros caminos se percataría de lo ilógico y antidemocrático de su contenido, pero, además, esa Sala junto a todo el T.S.J., está inficcionado de ilegitimidad de origen y por lo tanto el comunicado y esas decisiones son nulas de nulidad absoluta, por mandato de los artículos 25 y 138 constitucional.

Las referidas actuaciones de la Sala Constitucional, no son sentencias al carecer de los elementos esenciales, intrínsecos a ellas, no se corresponden ni con la legalidad, proporcionalidad, ni lógica jurídica, de una sentencia, pues, son proclamas con carácter político para con un antifaz o careta jurídica, se pretende agarrar partido para demostrarle al régimen su complacencia a que aún con violaciones constitucionales, lo importante es aferrarse al poder y que no haya elecciones como fin último.

En cuanto a la Sesión de la Asamblea General de la OEA, que recién se efectuó, es necesario desmontar dos mentiras alegadas por el gobierno, la primera que se extralimitó el Secretario General Almagro al convocarla, embusteros no la convocó, fueron 14 países quienes la solicitaron, por cierto, al instalarse contaron con 18 votos a favor y al final 20 presentaron un documento leído por la representación de Canadá que contiene los mismos puntos firmados durante el diálogo que el Gobierno no cumplió.

La segunda mentira, que se requiere de la aprobación del país de quién se trate su situación, si nó hay injerencia, se debe recordar, cuando Venezuela y sus aliados pidieron activar la Carta Democrática contra Honduras cuando Zelaya, a ese país no se le pidió su complacencia o aceptación, es más no se contó con su presencia en la Asamblea, entonces allí no hubo injerencia, y cuál dictadura puede dar aprobación para que se trate su condición, que absurdo.

Lamentablemente por lo desatinado del representante de Belice como director de debates, no hubo la correspondiente votación y ocurrió como todos los actos diplomáticos, son dilatados, no son expeditos.

La campaña propagandística del gobierno es que lograron un triunfo y se abortó la posibilidad de una invasión al país por parte de la OEA.

Ambos eventos, reflejan una gran connotación de orden político, las sentencias como proclama política y la Asamblea General de la OEA, esa dupla de actos tienen una doble vía deseada, anhelada, para el gobierno, si la sancionan se va de ese organismo y si no la sancionan también se va, nuestras canas políticas nos indican por la actuación del gobierno, su intención de allanar el camino para una justificación de su huida, no ha consentido jamás que los organismos de derechos humanos constaten in situ su desempeño; no cumplen con las sentencias de los organismos internacionales; no aceptan a los representantes internacionales en los procesos electorales; en fin, no acepta que se le investigue, controle, supervise, por ello la arremetida contra la Asamblea Nacional por su función contralora.

La Alta Comisionada para los derechos Humanos de la Unión Europea pidió que haya elecciones, la autonomía de los poderes y la liberación de los presos políticos de inmediato en Venezuela; estos igualmente están contenidos en todas las intervenciones hechas por los representantes de los países en la Asamblea General, por su puesto, con la salvedad de la sociedad de cómplices, integrados por Nicaragua y Bolivia, debemos recordar que estos mismos pedimentos fueron hechos por la MUD durante el diálogo y que el gobierno no cumplió.

Fanfarronería, retórica propagandística, groserías y mentiras  como la exhibida por la representación del gobierno de Venezuela, enmascaran su verdadero deseo, salir, irse, de donde no se le diga amén a todos los desmanes que comete.

No me ayudes tanto compadre, diría el finado Cantinflas,  sólo alguien que no comprenda no el Derecho, sino la política, pueda como lo hizo el Presidente contentarse con la primera sentencia de la Sala Constitucional, pues, ella en el fondo les da la razón a los 20 países que respaldaron el contenido del comunicado leído por el representante de Canadá, a la oposición venezolana, y por supuesto a Almagro, ya que la Sala Constitucional legaliza un golpe de Estado, demuestra una vez más la violación a la Constitución, pero se le convirtió en un boomerang, parece hecha por enemigos del propio gobierno; prendieron las alarmas nacionales e internacionales y precipitaron los acontecimientos de sanciones en la OEA, esto es el 2002 al revés.