¿En qué consiste la siembra vaginal?

Conocido también como microparto, este método pretende poner al bebé que ha nacido por cesárea en contacto con las bacterias del canal vaginal, con la idea de reducir el riesgo de algunas enfermedades. Para ello, se toma una muestra de los fluidos de la madre y se aplican sobre la piel, la boca y los ojos del pequeño. Surgida en Australia, es una técnica avalada por algunos estudios.

Una investigación de la Universidad de Nueva York, publicada en la revista Nature Medicine, apunta que los nacidos por cesárea adquieren una microbiota diferente a la que se alcanza por la vía natural del parto, lo que se relaciona con un mayor riesgo de trastornos inmunes y metabólicos. Por ello, se aconseja la siembra vaginal, aunque no todos los profesionales comparten esa visión.

Un grupo de especialistas en enfermedades infecciosas ha dado a conocer un trabajo en el British Medical Journal donde dice que “no debería ser recomendada o alentada por los médicos”. En su opinión, se corre el riesgo de transferir bacterias, como la clamidia y la de la gonorrea, o el virus del herpes simple, que pueden ocasionar infecciones graves.