Clap prevén distribuir 22 millones de piezas de uniformes escolares

Mientras del lado de sectores de oposición se mantienen las críticas contra los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), el Gobierno insiste en ampliar el alcance del mecanismo de distribución de productos, apuntando no sólo a las habituales bolsas de comida, sino también a los requerimientos para el próximo período escolar. Así lo reseña eltiempo.com.ve / Lourdes Rojas

El presidente de Fundacomunal, Willy Casanova, señaló ayer que a través del instrumento de entrega “casa por casa” se prevé la asignación de cerca de 22 millones de piezas de uniformes, incluyendo camisas, pantalones y faldas, entre otras.

Afirmó que con la iniciativa  se podrían beneficiar unos 3 millones de estudiantes en todo el país. Advirtió que las piezas son de producción nacional a cargo de 7 mil colaboradores formados en la Misión Saber y Trabajo.

El Ejecutivo destinó para tal fin 16 millones de dólares sólo en la compra de materia prima. Cada combo del uniforme escolar (que tendrá un promedio de seis a ochos prendas de vestir)  costará  entre   5 mil y  8 mil bolívares  para los estudiantes de preescolar y diversificado.

Derecho a elegir

El presidente de la Alianza Nacional de Usuarios y Consumidores (Anauco), Roberto León Parilli, también se pronunció sobre los Clap.

“Los consumidores en Venezuela están siendo objeto de una devaluación, no sólo de la moneda sino también de los derechos que como consumidores tienen en la Constitución”, aseguró León Parilli.

Advirtió que los Clap vulneran totalmente el derecho a elegir, porque el consumidor tiene que conformarse con los que meten en la bolsa  y no elige el producto, ni la cantidad, ni la calidad, sino que la escoge el Estado.
“Se está pasando por encima de la voluntad de la persona y se está eligiendo por el venezolano lo que este tiene que consumir”.

Apuntó que el derecho a elegir está expresado en el artículo 117 de la Constitución, “y no se está cumpliendo en el país, porque hoy los venezolanos no elegimos nada, sencillamente vamos por lo que hay. Ya no importa la marca, el tipo de producto, sus características especiales, ni siquiera el precio, vamos a buscar lo que existe. No tenemos otras opciones”.

Añadió León Parilli que   la estabilidad económica tampoco  está garantizada en el país. “De nada nos sirve que los productos estén en los anaqueles si no tenemos cómo comprarlos porque no tenemos los recursos. Cada día es mayor el precio de los productos del ramo que sea, y se aceleran con una velocidad bastante preocupante”.

“La bolsa de los Clap es un buen ejemplo para determinar, incluso para exigir, que se nos explique dónde están los productos que produce el Estado., ¿Por qué estas bolsas tienen harina Pan y no harina Juana cuando el Estado es el dueño de la mayor parte de la capacidad instalada en harina precocida de maíz?

Apuntó que actualmente las  personas no ven con buenos ojos el sistema  del Clap, que “es un nuevo intento por administrar la crisis”.

“Lo mismo ocurrió con las captahuellas que no funcionaron, como tampoco funcionó la implementación del terminal de la cédula para que se vendieran los productos.

“Ahora es una distribución directa por parte del Estado a través de los Consejos Comunales, lo cual tampoco va a funcionar porque el problema que estamos teniendo es una ecuación matemática: mientras que haya más demanda que oferta no hay mecanismo alguno que pueda resolver la situación, ni que pueda dotar a los venezolanos de bienes que no están. ¿Cómo distribuir lo que no existe?